Musique électroacoustique latino-américaine

Coriún Aharonián, Apruebo el sol, 1984
(Uruguay)



Durée de l'enregistrement : 10 min 09 s.
Réalisé à : EMS, Stockholm, Suède.

Autres ressources disponibles :
- À propos de Coriún Aharonián
- Compositions par Coriún Aharonián

Acerca de la obra :

Las tres palabras del título de Apruebo el sol también fueron tomadas en préstamo. Pertenecen al poeta argentino Juan Gelman. El contenido es consecuencia, una vez más, de mi "aquí y ahora" colectivo, en 1984, en el Tercer Mundo, en Latinoamérica, en el Uruguay. "En un Tercer Mundo, en una Latinoamérica, en un Uruguay, llenos de atrocidades que permiten que el Primer Mundo coma bien y duerma bien y juegue a los soldados. En un Tercer Mundo, en una Latinoamérica, en un Uruguay, que se niegan, desde el Moncada, a perder la esperanza y que, mas aún, creen fervorosamente en el hombre y en el amor. Y en el signo ineludible de la historia." Así rezaba el texto escrito para su presentación. Diez años después pudo haber sido distinto. Pudo haberse limitado a gritar "¡Viva la utopía!".

Apruebo el sol fue compuesta en agosto de 1984 en un estudio europeo sofisticado, utilizando tanto sonidos electrónicos producidos mediante computadora, como sonidos microfónicos producidos por el aparato fonatorio, y materiales documentales de diverso origen: en su orden de aparición, las voces de Ernesto Che Guevara ("... o muerte"), Fidel Castro ("... o muerte", "patria o muerte", "... o muerte") y nuevamente Guevara ("... un día de derrota; uno de los tantos..." y "Es que hay algunos momentos que [...] son cosa de loco[s]"), una ambigua manifestación callejera, en Montevideo, todavía en plena dictadura militar, después de la medianoche entre el 24 y el 25 de diciembre de 1983 ("liberar, liberar a los presos por luchar"), y finalmente las voces de Salvador Allende ("¡Te das cuenta, Fidel!") y nuevamente Castro ("De manera que yo tengo la culpa, ¿no?"). El material electrónico es producido por un banco de generadores a través de un programa de computadora (el Impac) que permite "dibujar", en órdenes alfanuméricas, curvas de frecuencias, perfiles dinámicos y densidades, en una tímbrica que va variando de bloque en bloque y en esa voluntad microtonal que recorre las siete piezas. El material del órgano fonatorio, también variante de bloque en bloque, dialoga con el de origen electrónico, en alternancia distanciada, en yuxtaposición, en superposición. Las citas documentales son recortes de fotografías sonoras, recortes de prensa, subrayados como tales en su montaje. Hay obviamente manejo y montaje de significados, pero no hay - tampoco en esta composición - anécdota.

La estructura se juega a su desnudez, evitando posibles previsibilidades y eventuales recursos de oficio. Una simple necesidad ético-estética para expresar ese momento emocional. El despojamiento extremo no es producto de un capricho o una especulación sino la única salida a las necesidades expresivas del momento. La sublimación, quizás, del mayor grado de tensión de un proceso de angustia creativa.

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