Musique électroacoustique latino-américaine

Jacqueline Nova, Omaggio a Catullus, 1972-1974
(Colombie)



Durée de l'enregistrement : 9 min 09 s.
Instruments : Pour percussion, piano, harmonium, voix parlées et sons électroniques

Autres ressources disponibles :
- À propos de Jacqueline Nova
- Compositions par Jacqueline Nova

Acerca de la obra :

"Omaggio a Catullus", 1972-1974, para voces hablantes, percusión, armonio, piano y sonidos electroacústicos.

Se encuentra publicada en A Contratiempo, No. 12, Centro de Documentación Musical, Bogotá, 2002.

Nota de programa que escribió la compositora con ocasión del estreno (14.02.1975, Miembros de la Orquesta Sinfónica de Colombia y del grupo de teatro La Candelaria, Auditorio León de Greiff): "Obra de cámara para percusión, voces hablantes, armonio, piano y sonidos electrónicos. Transcurre con base en estructuras encadenadas libres solo en cuanto a duración. La intensidad, altura, modos de ataque y formas de onda de los sonidos están totalmente fijos a través de toda la obra. El texto del poeta latino Catullus es el argumento; se hace inteligible sólo en ciertos momentos y en duraciones muy breves. Las voces (hablantes) no informan; son tratadas como fenómeno acústico y "perturban", por decirlo así, la percepción del texto."

El texto traducido:
76 . "¡Oh, dioses! Si vuestra es la misericordia o si los que un día ha de llevar la muerte han recibido de vosotros la suprema ayuda, contempladme en mi miseria, y si mi vida ha sido pura arrancad de mí este mal que me destruye; que se cierne sobre mí como un atormentador letargo y que expulsa del corazón toda alegría".

85. "Odio y amo ¿cómo es posible? ¿Puedo preguntarlo acaso? Lo ignoro, pero lo siento y me tortura.

8. ¡Desdichado Catulo! Acaba con tus locuras; lo que perdiste, perdido está, los días luminosos brillaron para ti en tiempos idos.
Deja ya de perseguir lo huidizo, deja tu vivir miserable y, en cambio, obstínate en llevar tu alma hasta el fin, persevera!
¡Adiós mujer! Catulo ya te resiste;
no te ha de requerir, no te ha de rogar ...; mas tú sufrirás cuando nadie te busque ni te ruegue.
Ay de ti, malvada, esto es lo que queda de tu vida: ¿quién te abordará ahora? ¿en quién hallarás placer?
¿a quién amarás, qué te dirá él?
¿a quién besarás, qué labios morderás? ... ¡Pero tú Catulo, ya resuelto, persevera!

51. Me parece ser igual que un dios;
me parece, si es posible, superior a los dioses aquel quien siempre sentado frente a ti, te contempla y te escucha.

Versión castellana de Francisco Gil Tovar.

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